La vida en la Ciudad cambia radicalmente con un reproductor de música portátil. Me da igual la marca. Yo, que soy un poco antiguo, sigo funcionando con discman. El problema es que su tamaño y características impide esa movilidad y agilidad que, por ejemplo te da un iPod. Me acabo de dar cuenta que voy a ser el homólogo de aquellos nostálgicos de los vinilos de principios de los 90, pero con los compact-disc claro. Son tiempos de avances tecnológicos, donde los cd´s son ya una cosa anacrónica, aburrida e incluso... mal vista! Sin embargo no pienso prescindir de ellos. Si ya aguanté con las cintas de casete, esperad a ver el tiempo que seguiré con los cd´s.
El caso es que hace dos semanas me agencié (y ayer devolví), cortesía de un ex-combatiente, uno de esos aparatejos marca apple que se venden por todo el planeta, repletos de singles y hits de radiofórmula. Y he de reconocer, que desde entonces, bajar desde Sarrià hasta la Diagonal cada mañana, ha modificado mucho el panorama.
Tanto, que es empezar el día de otra manera. Observar la jungla urbana, con sus embotellamientos, sus espacios verdes llenos de colillas o su gentío individualista corriendo hacia sus cubículos de 8 horas, con una banda sonora en cada tímpano, provoca que comiences a respirar de otra forma. A andar de otra forma. A mirar de otra forma, e incluso a pensar de otra forma.
En definita, que nada de esto es lo que parece, y que nada de esto hubiera sido posible sin ese grupo de Vancouver, llamado The New Pornographers. Con cuatro discos a sus espaldas, y definidos como una "superbanda", los canadienses son la cura para todos los males de este mundo. De ello fui testigo el día de San Francisco Javier del pasado año en la Sala Apolo. Llámalo powerpop, pop naif o indiepop, pero A. C. Newman y los suyos son los artífices de las mejores melodías del este siglo, a pesar de que no gocen de la popularidad que merecen (véase casos similares como el de Fountains of Wayne).
Una de mis favoritas es The ballad of a comeback kid, que durante estas dos semanas le ha dado el color que el recorrido habitual de cada día venía suplicando.
Ever so careful, on the strip we cruise, crippled in someone else's shoes. Who knew? Mind you, I never had to stand, in line you did, for the ballad of a comeback kid
5 comentarios:
Muy interesante, ¡viva el cd!. tendrías que colgar algún título para poder escucharlo directamente en el blog.
Hola Jeanne, gracias por participar en el blog. Haré caso a tu consejo para futuras entradas. Esperamos volver a verte por aquí.
Saludos!
Yo también soy uno de esos especímenes atípicos que aún abultan el bolsillo de los pantalones con el disc-man. Más que nada porque da demasiada pereza pasar toda la música al PC y de ahí al ipod que no tengo.
Aunque también guardo y adquiero vinilos. Para ver auténticas gangas, de buenérrimos grupos, te recomiendo una visita a Revólver, en la c/Tallers (Raval).
Saludos,
Jack Sparrow
PD: No sabía que trabajaras en Diagonal, Pelícano. Andamos cerca, pues.
Vaya fallo en lo de Alta Fidelidad!jeje
Me parece interesante tu blog, te seguire proximamente.
Grandes Lori Meyers!
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