
El segundo, "Learn to lose", un tema que combina a la perfección el new rock tan de moda desde la aparición de los Strokes con un toque soul que lo hace irresistible y tremendamente adictivo. Y el tercero, "Song away", una canción a priori menos directa que las dos anteriores, pero que acaba por engancharte y que no puedes despegar de tu cabeza gracias al riff que dirige el tema y al estribillo simple pero efectivo acompañado de esos teclados new wave que le dan un color y luminosidad especial a la canción.
¿Los contras? Bueno, la voz de su cantante recuerda en exceso en ocasiones a la de Alex Turner y sobre el escenario tiene una pose teatral a veces desesperante. Por no decir que es el doble de Andrew VanWyngarden, uno de los miembros de los triunfadores del pasado curso, MGMT. Y que en definitiva no dejan de ser otra formación que combina acertadamente el post punk y las guitarras con bases electrónicas, aunque eso sí, sin prejuicios hacia los estribillos pop, las guitarras garajeras, la new wave que tanto reivindican en su MySpace o incluso escarceos en el country.
Pero he de decir que a mi, los tres singles mencionados además de temas como "Curse this city", la divertida "Preacher", "3 Am Spanish" (con ese acento hip hop) o la tremenda "Wanna be black", han terminado de convencerme como para prestarles más atención que a algunos de sus homólogos. Por ahora me divierten, emocionan y me hacen bailar, y eso ya es mucho.