martes, 13 de noviembre de 2007

El grunge ha muerto


El grunge murió de un disparo en la cabeza el día que se quitó la vida Kurt Cobain. Así de claro. Lo que pasa es que los nostálgicos nos hemos estado agarrando como un clavo ardiendo al legado de Seattle, para intentar convencernos de que todo seguía en pie de alguna manera idílica. Tal vez, gracias a la persitencia y carisma de Pearl Jam y de algún que otro documental o film, seguíamos creyendo en el movimiento. Falsas esperanzas. Pearl Jam, por ejemplo, ya no son grunge; son rockeros de corte clásico con inquietudes sociales.
Yo caí en la cuenta de que el grunge había muerto hace una semana y media (13 años después de su defunción). Perdón, mejor dicho, caí en la cuenta de que había muerto dentro de mí.
Todo sucedió cuando fui a una biblioteca pública a ojear y hojear (no es lo mismo) unos libros sobre música. Estaba haciendo un repaso a la sección musical cuando: ¡Oh, sorpresa! ¡Todas las letras de las canciones de los grupos grunchetos de la historia! Lo cogí emocionado y exaltado. Es lo que había deseado ardientemente en mi adolescencia. Quería conocer entonces todo lo que decían, sentían y pensaban los representantes de ese movimiento tan arrollador. La emoción duró poco. Nada. Rápidamente pasé las páginas: Mudhoney, Radiohead (?), Alice in Chains, Pixies (?), Soundgarden, Nirvana, Pavement (?), Dinosaur Jr, etc. No me atraían sus letras. No. Me resultó, de repente, un libro viejo y sin sentido. Literatura barata. Un panfleto. Algo había muerto en mi interior y yo no lo sabía. El grunge había dejado en mi precisamente lo que pregonaba y lo que era su seña de identidad: el vacío, el nihilismo...
Siempre recordaré a Nirvana, a Pearl Jam y a los Pixies. Fueron imprescindibles para que yo me enamorara del rock. Pero ahí se ha quedado el recuerdo. En una tarde agradable con los amigos del colegio de los que has perdido ya la pista. Qué difícil es encontrar algo que perdure...

"Videotape": Melodía otoñal


Es otoño. Ojalá siempre fuera otoño. Los árboles de la ciudad se tiñen de diversos colores. La luz se hace mortecina. Las temperaturas no son lo suficientemente bajas y te permiten pasear por la urbe, fundiéndote con el gris de las calles. Los sentimientos que me invaden son la melancolía y la nostalgia. Pero no son tristes del todo; tienen algo de dulce, como un bombón relleno de licor amargo. Eso es. Se trata de una mezcla de sentimientos que colorean mi interior.
En esta época necesito casi siempre una banda sonora para los momentos de reposo, para los trayectos en coche, para cuando miro por la ventana el paisaje otoñal..., es decir, para los momentos de soledad.
Estrenos musicales no me han faltado este otoño. Serj Tankian ha lanzado su primer disco en solitario. Me cae muy bien, pero al disco le sobran siete canciones, ¡y son 12 en total! Intento fallido de desmarcarse de sus System of a Down. The Hives han publicado un trabajo divertido, con el que consiguen arrancarte de nuevo una sonrisa. Pero no es para el otoño. Lo enmarcaría más entre los desvaríos estivales. Jimmy Eat World se acercan un poco más a lo que necesitaba. Emo alegre y tristón, sencillo y evocador. Aunque tampoco es lo que buscaba ahora. Necesitaba más paz y menos guitarra eléctrica.
Mi medicamento, mi alimento, mi inspiración lírica los he encontrado en las diez últimas piezas de Radiohead, que forman "In Rainbows". En especial, en el corte que sirve de cierre al disco: "Videotape". Os recomiendo que os lo descarguéis (el disco está disponible en internet y cada uno paga el canon que le parezca por su descarga) y os lo pongáis mientras os asomáis a la ventana para poder contemplar la ciudad en otoño. Es la banda sonora perfecta. Es pura poesía. Es Radiohead.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Radio 1: 40 años con la masa

La emisora de radio de música popular de la BBC, Radio 1, han tenido una feliz idea para conmemorar su 40 aniversario. Nada menos, que la publicación de un album de versiones de canciones archiconocidas por artistas también bastante famosos. El caso es que el album consta de un tema por cada año desde 1967, fecha en que la cadena británica emitió por primera vez. De esta manera nos encontramos con "Sound & Vision" de Bowie interpretada por Franz Ferdinad, el hit "Teenage kicks" de los Undertones por The Raconteurs, "Lullaby" de The Cure a cargo de Editors, "Town called Malice" de The Jam por el grupo McFly, "English man in New York" de Sting por los londinenses Razorlight y así hasta 35 pistas más. A mí, personalmente, de las que he escuchado por ahora, la versión que me más me ha convencido es la de "Don´t look back into the sun" de los ya míticos The Libertines por los escoceses "The View" (de los que ya se encargó la revista musical sensacionalista NME en declararlos como sus sucesores).

El tema en cuestión ya me agradaba bastante. Fue publicado en un Ep (como les gusta a los grupos británicos editar grandes canciones en este formato, véase la imprescindible "Whatever" de Oasis o por ejemplo "Two More years" de Bloc Party) que vió la luz en el año 2003, tras el album revolucionario de la escena inglesa "Up the bracket". Lo que más me gustaba era aquella sensacional intro (y base de la canción) con esa guitarra de Carl Barat y los coros de éste y Doherty. The View la han versionado de manera excelente. Captando la esencia y línea del tema pero aportandole sus señas de identidad y sello, por ejemplo a través del peculiar acento escoces de su cantante, la prolongación de coros o la intro con una guitarra acústica. Además es más larga que la original y con más instrumentos (más guitarras, palmas, piano etc...). Lo dicho, buena revisón de un tema no menos bueno.

Historias para no dormir

Realmente es una historia absurda y sin ningún interés pero bueno... El caso es que me encontraba ojeando los discos de una tienda en un centro comercial de San Cugat (gran tienda por cierto, tenían el "Forever changes" o el debut de los Ramones en primera linea) cuando se me ocurrió preguntarle al dependiente (un tipo con aspecto de freaky parecido al de la tienda de comics de los Simpson) qué es lo que estaba sonando en la susodicha tienda. Me tentó la curiosidad porque aquello parecía emo o pop-punk. Sí, me gusta el emo. He de decir que es un estilo que me gusta, sobre todo porque es el estilo cuasi creado por bandas como Saves the Day o The Get Up Kids y continuado por los excelentes Jimmy Eat World. Y qué decir del punk-pop, Blink-182 han sido uno de los grupos clave de mi adolescencia.
La música de la tienda se parecía bastante a grupillos tipo All-american Rejects, de hecho el estribillo era muy similar al del tema que les dio a conocer a los de Arkansas, "Swing swing". Cual mi sorpresa al comentarme el dependiente que lo que sonaba en los altavoces del comercio pertenecía al último Lp de Saliva. Por dentro, me dije ¿quién serán estos tios? Y al enseñarme la carátula del album con la correspondiente foto de la banda ya no podía creer que semejantes elementos (como se puede ver en la imagen) con aspecto de estrellas del heavy-metal o Nu-metal o demás variaciones del rock duro, pudieran hacer un tema tan melódico y pegadizo más propio de combos afines a los estilos antes citados. La canción se llama "twister". Me la he bajado, y sí, la escucho de vez en cuando, pero llegará un momento en que posiblemente desaparezca de mi cabeza y la pierda de vista.

Reeleo lo que escrito, y me preguntó lo que pensará aquel que lo lea. Se debe de creer que estoy muy aburrido. Pero me impresionó y quería escribirlo. Además que sirva para darnos cuenta de que en la música todo ese rollo de estilos, estética etc... no son más que absurdas pautas de diferenciación en un mundo muy amplio y global y en el que todo cabe como es el de la música.