Mi amigo
Kata está enfadado. No está conforme. Desconoce la identidad real de
El Fabricante, y quiere manifestar su malestar boicoteando sus artículos. Su modus operandi será sencillo: el bueno de Kata es uno de los habituales de este blog (a pesar de que nunca escriba comentarios), por eso la próxima vez que nos visite se limitará a leer y apreciar los post de
El Pelícano, mientras que, como él dice, “pasará olímpicamente” de los del otro colaborador.
Este es su particular boicot: actuar como si El Fabricante fuera un mera ilusión suya, un producto de su imaginación. Como si sus excelentes artículos estuvieran ocultos por una gran nube negra. Supongo que así, Kata será más feliz. En el fondo en la vida, somos más felices cuando no conocemos el fondo de la verdad de un asunto. Por ello, creemos que Kata no está preparado todavía para llegar hasta el final. Ese es un destino reservado a unos pocos.

Desde
La vida en la Ciudad queremos animar a Kata a olvidar sus inquitudes y esperanzas más tangibles y volver a lo que le hizo grande, la sencillez y naturalidad. Y tampoco olvides, querido Kata, que leyendo a El Fabricante puedes llegar a aquello que más ansías, pues él
fabrica tus sueños. Y por ahora solo son de plastilina...
4 comentarios:
cuando pesen demasiado la rutina, el trabajo y la vida en la ciudad; nos iremos en un viaje infinito con esa tonta sensación de libertad...
Pero todo tiene su remedio, como toda bala su agujero,
entraste y saliste en mi vida, es sólo otra herida,
es sólo otra herida, y todo es mentira ...
no quiero otra más
Que temazo "Viaje a los sueños polares" Brigitte. Que grande recuperarlo, casi ni me acordaba de él! La verdad es que su letra y composición encaja perfectamente con la idea y filosofía de La vida en la Ciudad. En breve haremos un post al respecto.
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